¿Todos podemos cantar?

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Cantar está dentro del ADN del ser humano. Desde tiempos inmemoriales el canto ha sido una forma de ampliarnos como seres terrenales. Los hombres y mujeres siempre han buscado producir sonidos con la voz más allá del habla, guiados por una melodía y un ritmo pero, sobre todo, guiados por la emoción y la necesidad de trascender.

Muchos nacen con el don de la musicalidad, con un oído más desarrollado o con voces naturalmente firmes y afinadas. Sin embargo, es un mito que cantar quede reservado sólo a aquellos que han nacido con estas cualidades. ¿Y esto por qué? Básicamente porque todo aquello que interviene en la fonación puede educarse y entrenarse: la capacidad aeróbica, las cuerdas vocales, el oído, la resonancia y, sobre todas las cosas, ¡la cabeza!

Entonces, si amas cantar en la ducha pero según tu crítica concepción no puedes afinar ni el cumpleaños feliz, no te desanimes, esto es como ir al gimnasio. Con entrenamiento, disciplina y bajándole los decibeles a nuestra cabeza que critica todo lo que hacemos, podemos llegar a cantar dignamente y disfrutar el proceso y el resultado.

Vamos uno a uno. El pilar más importante de la fonación es el aire. En el canto utilizamos la respiración costo-diafragmática. Sin entrar en demasiados detalles técnicos, esta es una respiración que se entrena a través de ejercicios. Llegamos al mundo respirando de esta manera, sólo basta ver a un bebé respirando y notaremos la diferencia. Sin embargo, con el correr de los años, vamos adquiriendo malas prácticas de respiración y tendemos a utilizar únicamente nuestros tanques superiores. Y ni hablar del pobre diafragma, quien se convierte en algo que ni siquiera sabemos que existe. Educar la respiración para volverla a su estado natural es lo primero que debemos hacer para aprender a cantar. Un profesor de canto o un fonoaudiólogo te podrá ayudar a entrenar tu respiración.

Segundo: la laringe y las cuerdas vocales. No haremos mucho énfasis en el tema laríngeo pero sí un poco más en las cuerdas vocales. Ellas son las que se encargan de producir sonido a partir de su vibración cuando el aire pasa a través suyo. Es importante saber que las cuerdas vocales son músculos y como todo músculo, ellas también se pueden fortalecer, elongar y ejercitar para producir una cualidad determinada de sonido. Si tienes curiosidad acerca de cómo son las cuerdas vocales y cómo producen sonido te recomendamos googlear: video estroboscopia laríngea.

Tercero: el oído. Por más que te cueste creerlo, este también puede entrenarse por medio de ejercicios de audioperceptiva rítmica y melódica. Un buen ejercicio para entrenar el oído es escuchar una nota y tratar de reproducirla. Si te encuentras muy lejos de la verdadera nota, un profesor de canto o de música te podrá guiar hasta la nota correcta. De esa manera sabrás la diferencia de dónde estabas y a dónde debías llegar en realidad. ¡Y voilà! De a poco el oído irá reconociendo la diferencia y tratará de acercarse a la nota correcta. Lo mismo sucede con el ritmo. Los ejercicios con palmas para marcar los tiempos de la canción son excelentes aliados.

Cuarto: la resonancia. Si alguna vez tuviste que hablar en público seguramente te habrán dicho: “¡proyecta la voz!”. ¿Y qué hacemos ante esa indicación? Comenzamos a hablar más fuerte o incluso a gritar. Diez minutos después de haber empezado la exposición, nuestra voz empieza a cansarse y puede que terminemos incluso con alguna disfonía pasajera. Para proyectar la voz sin dañar nuestra salud vocal, utilizamos los resonadores. El cráneo está lleno de huecos donde el sonido resuena: los ojos, los senos frontales y paranasales y el hueso occipital. Entre la jerga de los cantantes se habla de “llevar la voz a la máscara” que es básicamente resonar. Esto es una de las cosas más difíciles de entrenar puesto que requiere mucha percepción por parte del estudiante para descubrir sensaciones en el cuerpo. Pero de nuevo, se puede, mucha gente ha aprendido a hacerlo.

Por último, y desde nuestro punto de vista lo más importante: la mente. Cantar requiere de mucha aceptación de la propia vulnerabilidad. No es fácil escucharse sin querer criticarse o querer patear el tablero porque algo no me sale como quiero. Es importante saber que cantar es un proceso y, cuanto más permeable esté el estudiante a transitar ese proceso, más rápido y rico será el resultado. Cantar es hermoso, dejar que las emociones fluyan es lo mejor que uno puede hacer para no racionalizar lo que está sucediendo.

Entonces, como ves, hemos ido por 5 pilares muy importantes dentro del canto y ninguno de ellos es arte de magia. Absolutamente todos pueden entrenarse. Desde ya que cantar como Plácido Domingo no estará al alcance de todos por muchos ejercicios que se hagan. Pero es muy posible cantar afinadamente a partir del estudio y la entrega. Esperamos haberte animado a tomar al menos una clase de canto y sumergirte en esta maravillosa disciplina. En Antakarana lo podemos ayudar a encontrar su profesor ideal. Consulta más aquí.

Autor: Alejo Fernandez
Profesor de teatro musical y yoga, Co-fundador de @somoscast

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