Una creencia limitante es un estado mental, pensamiento o creencia que te restringe o limita de alguna forma. Genera un lente a través del cual ves el mundo de una manera pesimista, hostil o desfavorecedora.
Todos tenemos creencias limitantes, incluso grandes profesionales o empresarios conviven con creencias que pueden llegar a limitarlos a sacar su máximo potencial.
Estas creencias se pudieron haber creado a partir de experiencias del pasado, o haber sido inculcadas en nosotros por nuestros padres, profesores o alguna persona influyente en nuestra vida que seguro tenía esa misma creencia.
Sin importar su origen, estas creencias hacen parte de nuestra charla interna, influyen en nuestra reacción emocional ante ciertos estímulos y muchas veces determinan la manera en que actuamos.
Algunas de la creencias limitantes más comunes son:
- No soy suficiente: y por esta razón evito hacer ciertas cosas, lanzarme a nuevas oportunidades, expresar mis ideas, confrontar si es necesario, entre otras cosas.
- No tengo suficiente tiempo: para invertir en mi bienestar o crecimiento, para hacer lo que debo hacer, etc. Me restrinjo a buscar posibilidades de re-priorizar o gestionar mejor el tiempo.
- No tengo suficiente dinero: para disfrutar mi vida, para emprender, para invertir en mí, etc. Y de nuevo me restrinjo a ver opciones de financiamiento, a aprender sobre finanzas personales o explorar oportunidades de bajo capital inicial para empezar.
- No tengo suficiente experiencia: evito entonces postularme para algún ascenso u oportunidad, o me siento miserable por un cambio de carrera o posición en un área donde no soy experto.
- Soy demasiado viejo o joven: para ser jefe de un equipo, para emprender, para tener hijos, etc. Me restrinjo a muchas cosas por pensar que no tengo “la edad apropiada”
- Como le pasó a mis abuelos y a mis papás, seguro a mí también: y vivo con el miedo de ese “destino heredado” perpetuando traumas familiares e incluso enfermedades porque no soy capaz de romper esa cadena.
- Tengo que ser perfecto: Me limita a lanzarme a hacer muchas cosas porque esa perfección está lejos (de hecho, nadie es perfecto) o me genera mucha ansiedad debido a que creo que debo mostrarme perfecto y en mi interior se que no lo soy.
Sin importar la manera en como se hayan generado, cuando las identificas puedes trabajar proactivamente para cambiarlas hacia creencias más positivas y que te empoderen acelerando tu tasa de crecimiento. Mientras las cambias, también puedes empezar a evitar que te limiten, porque el solo hecho de ser consciente que esa creencia no es cierta, hace que puedas tomar la decisión de avanzar a pesar de ella.
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Autora: Mónica Albarracín
Life Coach, instructora de meditación y fundadora de Antakarana